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De chicharrones y otras voluptuosidades

Al hilo de las curiosas conversaciones que salen en clase aprovecho este espacio para explayarme.

La idea de voluptuosidad, sin duda, nos remite al sexo, pero no se constriñe a él, sino que lo excede, lo supera. La voluptuosidad puede estar en una imagen, en un sonido, en un perfume... no se trata sólo de piel y cuerpo, voluptuosidad es goce, goce sensual, pero también mental. Por supuesto también se trata de una construcción cultural, de un tópico, de una idea compartida que nos hace caer en lugares comunes de champanes y fresas, por ejemplo. Sin embargo, cada uno tiene su propia idea de voluptuosidad, sus connotaciones privadas y autónomas, no obstante, jamás se me hubiera ocurrido asociar voluptuosidad con, por ejemplo, chicharrones, (peras, nata, chocolate... plátanos, sí) pero nada que objetar al respecto. Sin embargo no creo que cuando Baudelaire mencionaba la voluptuosidad elástica y fantasmal que respiraba poo doquier, tuviera en mente un bocadillo de chicharrones... o sí, ¿quién sabe?

1 comentario:

  1. Con el debido respeto, no parece voluptuoso un bocadillo de chicharrones.. pero en clase me entró hambre y lo pensé sin querer en alto.. pero viendo lo visto.. puede que a alguien si que se lo parezca... total.. hay quien piensa que una pera es voluptuosa no? jajajja.. entrada genial y super graciosa, est muy guay!!

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